El Arte en la Tragedia
- Paulina Welch
- 23 nov 2017
- 2 Min. de lectura
A dos meses del trágico día en que el corazón de los morelenses se estremecía ante la fuerza de la solidaridad de la gente, la tierra tembló y el grito de esperanza sonaba entre los escombros con más furor que nunca. El sismo del 19 de septiembre sacudió más que el piso de México, también despertó los corazones de un pueblo aletargado, que encontró en la tragedia el impulso para salir a las calles y proclamar “Fuerza México”.
Dentro de las voces que se unían a las víctimas, los artistas no se quedaron atrás. Personalidades consolidadas en el arte plástico llamaron a los estudiantes a otorgar sus lápices y pinceles como donativo para la causa. Así generaron murales y carteles que convocaban a mantener los impulsos firmes y los esfuerzos prolongados.
La Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM acudió a los actores en formación para formar brigadas de entretenimiento, y llevar al público infantil afectado por el desastre un espacio de esperanza, separarlos por unos instantes de su adversa realidad y regresarlos a los sueños y a la magia que el arte crear. Por medio de juegos, obras de teatro y representaciones titiriteras arrancaron sonrisas de los niños que unos minutos atrás no hacían más que llorar.
Bailarines de danzas típicas mexicanas arrancaron las lágrimas de los rescatistas y voluntarios, presentando sus danzas en las zonas afectadas, recordando a sus boquiabiertos espectadores que el arte es sanador en todas sus manifestaciones, e inundándolos de la belleza de la música y el color del arte mexicano.
“El corazón del artista está hecho de fuego, lleno de amor, transmite luz en los corazones de los demás, trabaja con pasión y su arte comparte con amor y cariño”, dijeron los jóvenes, gritando a su gente que el arte puede contra toda adversidad, sana corazones y regresa ilusiones.
“CIRCO, MAROMA Y TEATRO PARA ALEGRAR, SANAR Y LEVANTAR LA LUZ QUE VIVE EN CADA UNO DE NOSOTROS.”
-Artanzen, Academia de artes escénicas.
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